Nuevamente el impulso rotario de la amistad y sentido social
impulsado por dos excelentes rotarios expresidentes de sus clubes, Alejandro
Romeo del Rotary Club de Tarragona y Enrique Bajo del Rotary
Club de Córdoba, han unido dos ciudades con amplia historia común con el
Imperio Romano, Corduba, capital de la Hispania Ulterior, y Tarraco,
capital de la Hispania Citerior.
Durante la presidencia de nuestro compañero Alejandro Romeo
2019-2020 se planificó una visita del Rotary Club de Tarragona a Córdoba con el
ánimo de celebrar el hermanamiento de los dos clubes rotarios. La COVID
desmoronó los planes, pero no la voluntad. De esta manera, nuestro presidente
actual Robert Pons retomó la idea que fue finalmente realizada siguiendo
los planes originarios y con la ayuda inestimable de ambos promotores,
Alejandro y Enrique.
De esta guisa, una numerosa representación del Rotary Club
de Tarragona compuesta de 26 rotarios y rotarias, muchos de ellos con sus
cónyuges, viajaron a Córdoba el día 12 de abril de este año 2025 con billete de
vuelta para el 16 de abril, justo los días anteriores a la Semana Santa. Cinco
días intensos que permitieron visitar los Patios de san Basilio, la Mezquita
de Córdoba, el complejo de Medina Azahara, respirar el ambiente procesional de
la Semana Santa cordobesa, y respirar el ambiente taurino en un espectáculo
ecuestre, también visitando la finca de Villalobillos del “Cordobés” y a la
ganadería de toros bravos del ganadero y torero Ramón Sánchez Recio “el Pipo”
descubridor y amigo del “Cordobés”.
El ambiente ciudadano de Córdoba y su fortaleza la pudimos
comprobar en la visita con comida que efectuamos al Círculo de la Amistad,
entidad ciudadana fundada en el año 1854 que a día de hoy cuenta con más de
2500 miembros y ocupa una superficie en el centro de la ciudad de 4210 metros
cuadrados con grandes patios, salas, comedores, salón de actos, biblioteca,
museo taurino y un importante fondo pictórico con lienzos de Julio Romero de
Torres, Carlos Ángel Diaz Huertas entre otros.
Es de mencionar que, si bien Córdoba tiene un pasado romano
muy importante, no dispone de restos arqueológicos como Tarragona, pero esto es
simplemente una quimera porque seguro que en su interior entierra grandes
enigmas romanos pero que son muy difícil de investigar ya que antes de llegar a
ellos se encuentran los restos del Califato musulmán imposibilitando su
estudio. Pero recientemente ha sido presentado en el Círculo de la Amistad
el libro “'Córdoba romana: la ciudad oculta', del catedrático de Arqueología
de la Universidad de Córdoba Desiderio Vaquerizo Gil. El historiador
explica que la ciudad oculta del título se refiere al hecho de que todavía hoy
el pasado romano de la ciudad sea bastante desconocido entre sus habitantes.
También influye, como explica Vaquerizo, que se trata de una ciudad superpuesta,
en la que las siguientes civilizaciones fueron construyendo sobre lo anterior y
reutilizando en muchas ocasiones materiales arquitectónicos previos.
En una comida memorable celebrada en la famosa “Casa de
Manolete” donde el chef Juanjo Ruiz, rey del salmorejo, elabora una
carta que cambia diariamente según los productos frescos de temporada se
realizó el acto de hermanamiento con el consiguiente intercambio de banderines
y regalos entre los dos clubes. Un excelente cuadro original de nuestro afamado
pintor y rotario Pere Joan Salas que, según sus palabras, representa la
unión de estas dos ciudades bajo el mismo cielo iluminado por nuestra común
rueda rotaria y un recordatorio del hermanamiento realizado con la famosa
técnica de cuero repujado que se desarrolló en la Córdoba musulmana del siglo
VIII llamada “cordobán”.